Cuando Febrero salió de su aldea en busca de su perro, no podía imaginar que el mundo fuese tan grande, ni que visitaría lugares tan diferentes como Australia, la India, Grecia, Irak, Rumanía... Tampoco podía saber las muchas aventuras que le esperaban. Ni, desde luego, que se las vería con caballeros, dragones, enigmas, monos parlanchines, vampiros, princesas, monstruos y todo tipo de seres mitológicos.