Argumento de El Amor en la Literatura: de Eva a Colette
Según el autor, no hay amor en el Paraíso. La expulsión del Edén hace ganar al hombre la libertad moral y la historia; es más: la iniciativa de Eva lleva al descubrimiento del pudor, la libertad y la reproducción de los humanos. Ella es, pues, la inventora del amor, es la primera madre de los mortales, es también la madre del amor. Eva constituyó al primer sujeto, Adán, haciéndole patente una falta que él no advertía por sí mismo, sujeto inconcluso que sale al cosmos en busca de la plenitud deseada y tal vez inhallable. Al enigma que comenzó con Eva, ha pretendido dar respuesta, nunca definitiva, la literatura del amor de más de veinte siglos. Ya en Colette, la mujer es esa entidad cósmica, en tanto el varón es la entidad subjetiva. De ahí que complete la parábola abierta por Eva en el inicio mítico de la historia humana, una historia de libertad, subjetividad, trabajo, sexualidad y muerte.
Las literaturas del amor tienen que ver, muy ampliamente, con la concepción moderna del individuo, quien tiende, entre muchas otras cosas, a distanciarse de la naturaleza y de sí mismo, intentando dar sentido y fin al mundo de los afectos. La experiencia propia es motivo de reflexión, dando lugar a la psicología, y el pensamiento racional se traduce, inevitablemente, en saber moral. Verdad inalcanzada por la historia, verdad inalcanzable al humano entendimiento, acaso misterio o mero enigma: el amor.0