Christopher Newman, «el americano», «el hombre nuevo», «el gran bárbaro del Oeste», llega a París dispuesto a «ver todas las cosas importantes y hacer lo que hace la gente inteligente». Tomar esposa se encuentra también entre sus expectativas, y ninguna mujer parece adecuarse tanto a ellas como madame de Cintré, una joven viuda perteneciente a una rancia casta de aristócratas. Newman piensa que, con su dinero, podrá vencer las reticencias y el orgullo de una familia poco inclinada a emparentar con -como ellos le definen- «una persona mercantil». Y en un principio así parece... Pero, como un día le advierte el hermano menor de madame de Cintré, «los árboles viejos tienen ramas torcidas, las casas viejas tienen grietas curiosas, las viejas estirpes tienen raros secretos. ¡Recuerde que tenemos ochocientos años!». La comedia de sociedad se ensombrece de pronto con el oscuro legado de los siglos, que hace su gótica aparición en forma de duelos, vergonzosos secretos, crímenes y clausuras de por vida. Newman aprende así lo que oculta y lo que depara no solo la vieja Europa, sino también su propio deseo de ella. El americano (1876-1877) es la primera novela propiamente «internacional» de Henry James y constituye una muestra excelente de su personalidad y su estilo.