Kate Collison es hija de un famoso miniaturista y una artista de gran talento aunque, por ser mujer, jamás ha recibido el reconocimiento que merece. Cuando su padre recibe el encargo de pintar el retrato del barón de Centeville, Kate no duda en acompañarle. Una vez allí, el destino quiere que sea ella quien termine la obra. El barón queda fascinado por su genio y decide introducirla en el círculo artístico de los salones de París. Pero son tiempos difíciles; mientras Francia se prepara para una guerra contra Prusia, Kate deberá librar su propia batalla, ya que aquel hombre tan generoso esconde un lado oscuro, siniestro, y profundamente maligno...