En 1909 Henry James recogió los testimonios de su pasión por Italia en el libro Italian
Hours. Un siglo después este volumen traduce por primera vez las páginas más significativas
de esa recopilación. James nos presenta a Venecia con su belleza decadente, a Roma llena
de vitalidad; nos habla del ruido y la suciedad de Nápoles, del atractivo de Florencia, del
color de la luz de las ciudades toscanas, de las sonrisas graves que tuvo para Rávena, de la magia de Capri.
El amante de Italia es un tratado sentimental que hace del viajar un arte. Es también una crónica de Italia desde 1872 hasta 1909, una Italia que ya no existe, pero que ha quedado viva para siempre en la memoria minuciosa de Henry James.