Crónicas de Epecuén, pueblo de la provincia de Buenos Aires que quedara
desaparecido bajo las aguas en las inundaciones de los años 90. La vida
de sus habitantes, el impacto en los pueblos cercanos bajo la mirada de
Josefina Licitra, cronista destacada en toda Latinoamérica.
El 10 de noviembre de 1985, un pueblo balneario llamado Villa Epecuén -en ese entonces, uno de los polos de turismo termal más importantes de la Argentina- sufrió la crecida de un lago y en pocos días quedó cubierto por ocho metros de agua. Los habitantes debieron desarmar y abandonar sus casas con urgencia, mientras los ataúdes del cementerio local salían flotando. Los funcionarios públicos se empeñaron en negarlo todo hasta último momento. Y la localidad entera se convirtió en un Titanic bonaerense en el que confluyeron las mezquindades humanas, los dramas domésticos, el dolor del desarraigo, los temores de la posdictadura y la negligencia de un Estado tomado por el interés individual.
Hoy, las ruinas de Epecuén resurgen de las aguas -que se fueron evaporando con el paso de los años- y traen consigo un paisaje de posguerra, y preguntas. ¿Es posible que un pueblo desaparezca en silencio? ¿Qué tipo de relato queda escrito en Epecuén? Josefina Licitra busca las respuestas entre los evacuados, las fotos viejas y las voces de una generación que habla de su pago chico como se habla de la infancia: con nostalgia, con cierta vocación de mito, y con la necesidad urgente -y a la vez antigua- de encontrar culpables.