De los Ejercicios espirituales dijo Pío XI en la encíclica Mens nostra (1929) que es «el más sabio y universal código espiritual para dirigir las almas por el camino de la santidad y de la perfección» (n.22). Adolf von Harnack, Heinric Böhmer, R. Fülöp Miller y J. Janssen han subrayado, desde distintas posiciones no confesionales, la capacidad ordenadora de los Ejercicios de san Ignacio de Loyola tanto para formar caracteres como para forjar el espíritu apostólico.
La Imitación de Cristo máximo representante e impulsor de la devotio moderna fue calificada de «áureo texto» por Pío XI. Benedicto XVI hizo alusión a ella en términos igualmente laudatorios. Y Pablo VI exaltó el valor y la actualidad del Kempis en la carta que dirigió al padre Gerardo Koberger, General de la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, en el quinto centenario de la muerte de Tomás de Kempis.