Einstein y Picasso , que revela sorprendentes datos acerca de cómo vivían y trabajaban ambos genios, conecta el cubismo de Picasso con las ideas científicas y filosóficas de Henri Poincaré, y lo sitúa en el hirviente contexto intelectual del París finisecular. También nos cuenta cómo, hacia la misma época, Albert Einstein se vio forzado a buscar un puesto de trabajo en la Oficina Suiza de patentes, dado que ninguno de sus profesores confiaba en su porvenir académico. Y sin embargo, Einstein no tardó en sentar las bases de una revolución científica. Sin saberlo, el artista y el científico trabajaban en el mismo problema: hallar una nueva y más adecuada representación del espacio y el tiempo.