Criticadoen su tiempo por no tener un estilo identificable, Saarinen desarrolló una notable producción, que dependía de colores, formas y materiales. Sus diseños parten de estructuras innovadores y formas esculturales sin dejar de lado las consideraciones pragmáticas.
Algunos de sus proyectos, que pivotan libremente entreel estilo internacional y el expresionismo, utilizando un vocabulario de formas curvas y en voladizo, se convirtieron, a lo largo del siglo XX, en iconos del diseño de muebles.
Cuando un interior está realmente logrado, las compensaciones por todo el esfuerzo son tremendas. La claridad y serenidad de un buen interior transmiten un sentimiento de firmeza totalmente maravilloso con el que afrontar nuestro confuso y complicado mundo. El hecho de conseguir esta atmósfera con la tecnología y las formas de nuestro propio tiempo añade más satisfacción. [?] Especialmente en un mundo de estandarización tanto de objetos como de personas, esta expresión clara y coherente de la propia individualidad es una meta ineludible.
Eero Saarinen