Todos inventaron su Edad Media. Incluido el cine. Este libro se lo debe casi todo a las viejas películas medievales, a lo que hemos llamado Alto Cine Medieval, preferiblemente en bellos colorines; pero no pierde de vista el Bajo Cine Medieval, a pesar de que hoy es imposible encontrase en una sala oscura con la perilla de Errol Flynn o la sonrisa de Burt Lancaster. Utilizamos el cine como excusa para hablar de la Edad Media y a la Edad Media como excusa para hablar de cine. Hemos sometido a las películas medievales a las indignidades de la cámara lenta, del avance rápido y de la imagen detenida, sí, pero es sabido que para conocer un cuerpo hay que desnudarlo. Le ofrecemos, querido lector, el cuerpo desnudo de la Edad Media a 24 fotogramas por segundo. Prepárese, porque en un mundo donde resucitan los carpinteros, todo es posible. Érase una vez la Edad Media.