Visigodos y Ostrogodos vivían humildemente, pero los crueles hunos obligaron a los godos a refugiarse en las fértiles tierras del Danubio. Roma no les expulsó de su nuevo territorio. Los godos se encontraban arrinconados y el hambre les empujó a la batalla. Alarico se introduce en la sociedad romana y su vida se convertirá en un castigado camino cargado de obstáculos, hasta convertirse en un reconocido personaje.