«En verdad, estos dos cuentos merecen el arriesgado calificativo de maravillosos. Nos encontramos ante los frutos de una escritora magistral, llena de recursos y dominando siempre con gran templanza y claridad deliciosa su escritura. En estos dos relatos no sobra ni falta ninguna palabra. La autora se arriesga siempre en sus divagaciones, pero sale indemne de sus osadías y retorna segura a la coherencia, a la unidad del relato.»
Antonio Colinas