Su primera familia fue asesinada por los fascistas durante la Revolución de Asturias de 1934. Su segunda familia murió en París, masacrada por el ejército nazi. La venganza era el único bálsamo capaz de hacer soportable su vida y la historia le ofreció una extraordinaria oportunidad de consumarla: el 23 de octubre de 1940, Francisco Franco y Adolf Hitler se encontraron cara a cara en Hendaya...