Para nuestra protagonista enamorarse de un chico de origen indio, en un pequeño y próspero pueblo de Pallejà situado en el Baix Llobregat (Catalunya), perturbará las vidas de su familia, donde los innumerables conflictos y rechazos harán que despierte en plena adolescencia a la vida con crudeza, hasta el punto de dudar de las personas que quiere... «porque los sentimientos no tienen color».
La enfermedad de la abuela Teresa y la marcha precipitada del chico por problemas familiares la sumirá en una profunda depresión. El apoyo incondicional de Pedro, vecino de Esther, la ayudará a que ésta vuelva a sentir esperanza, pasados unos años descubrirá que el amor es algo más que promesas.