Jeff O'Brien y Lloyd Griffith son profesionales liberales de treinta y pocos años que aún lloran la muerte de su mentor, Javitz. Jeff va de fiesta en fiesta porque le resulta más fácil olvidar su dolor cuando está en la pista de baile, sumergido en un mar de chicos guapos con pectorales espectaculares y abdominales que parecen badenes. Junto a él está siempre su protegido, mejor amigo y admirador no tan secreto, Henry Weiner. Henry, en otros tiempos un joven enclenque, se aproxima ahora a los treinta convertido en un guapísimo y musculoso escort. La aparición de Anthony Sabe, un hermoso y joven enigmático que Jeff conoce una noche en la pista de baile y al que acoge en su casa, cambiará la vida de Jeff al descubrir lo que hay detrás del candor y entusiasmo de Anthony. Mientras tanto, Lloyd busca su propia forma de enfrentarse al dolor: rechaza la cultura del sexo y las drogas, y compra una pensión en Provincetown con una excéntrica viuda llamada Eva Horner.
Las vidas de estos personajes se van entrecruzando, mientras ellos se enfrentan a la miríada de temas que afectan a los gays de nuestros días: el sexo, las drogas, el dolor, el sida, el sexo no seguro, el culto al cuerpo, el compromiso, los ligues de una noche y la búsqueda del amor. Es esta la primera novela que explora el mundo de las fiestas de la ruta, un fenómeno que en los últimos años ha aparecido mucho en los medios de comunicación, tanto para bien como para mal. Donde están los chicos refleja un mundo que tiene un lenguaje propio, así como unas costumbres, tradiciones e idiosincrasias muy particulares.
Donde están los chicos, una estampa evocadora de la vida gay en el siglo XXI, es una novela seductora, divertida y lúcida. Se trata, en última instancia, de un relato sobre el significado de la amistad, del amor, del compromiso y de la aceptación de uno mismo.