Maestro de la novela esotérica, Gustav Meyrink describe, en El dominico blanco, el viaje espiritual de un joven, un ser invisible cuya fascinante aventura nos es narrada a través del Autor. Cristóbal Palomar ese es el nombre del invisible protagonista ha sido adoptado por un personaje un tanto extravagante, el barón Von Jöcher, farolero de la ciudad, cuyo antepasado había recibido el título de nobleza a causa de su oficio. La relación con el barón le abre a Cristóbal un camino situado en los límites del sueño y de la realidad, poblado de enigmas, por los que transita desde el espectro de un dominico blanco hasta la misteriosa figura de la cabeza de la Medusa.
El dominico blanco, publicada en 1921, es una de las obras fundamentales del género fantástico, en su vertiente ocultista y esotérica. Previamente, en 1915, Meyrink había publicado la novela que lo convertiría en un autor reconocido y de culto: El Golem.
Gustav Meyrink (1868), hijo ilegítimo del barón Karl Warnbühler y la actriz María Meier, fue bautizado en Viena como Gustav Meier, y sólo mucho después, cuando empezó a ser un personaje famoso, la familia paterna le ofreció recuperar su apellido, cosa que rechazó.
Su juventud transcurrió en Hamburgo, Múnich y Praga, ciudad esta última donde acabará situando sus escritos más célebres. Mientras trabajaba en un banco, desarrolló una gran afición por el ocultismo, la cábala y el taoísmo. Acusado de estafa, tuvo que abandonar su empleo y pasó una temporada en la cárcel. Finalmente, su obra El Golem alcanzó un enorme éxito de ventas. Entre sus novelas más destacadas figuran, además de El Golem y El dominico blanco, La noche de Walpurgis, El rostro verde y El ángel de la ventana de occidente. Falleció en 1932.