Cuando oímos comentarios tales como: ?en un bosque tienes que cortar los árboles grandes y viejos para que el árbol pequeño que hay debajo pueda crecer?, ¿estamos de acuerdo y pensamos que los mayores tienen la obligación de ?dejar paso a la juventud? y apartarse para que la próxima generación de trabajadores pueda alcanzar el éxito? O pensamos que los mayores tiene que continuar por el camino de una vejez productiva dentro y fuera del trabajo, sin tener consideraciones especiales hacia los trabajadores jóvenes? ¿Existe un punto intermedio? ¿O la respuesta es clara? Cuando las asunciones negativas sobre la edad se hacen manifiestas, puede ser que las personas mayores, por propia iniciativa, respondan ejerciendo toda una serie de las denominadas ?conductas de persona mayor?. Dichas conductas, a su vez, pueden producir un abanico de efectos negativos, tales como la disminución de la autoestima, la reducción de la sensación de control personal, la depresión y un incremento del aislamiento. Si miramos hacia el futuro próximo y el lejano es evidente que una de las repercusiones más profundas del envejecimiento de la población se dará en el trabajo. Las implicaciones de este cambio en la mano de obra son enormes, pero lo que dará forma a la mano de obra del mañana es la respuesta de cada persona, empresario, organización y gobierno. El futuro está completamente en nuestras manos.