Dios ha representado para los pensadores la categoría decisiva que explicaba y daba sentido a la realidad. Pero en nuestros días, el dinero ha derrocado a Dios de su trono y se ha erigido en la clave y referencia última de todo lo que existe. Esta constatación no sólo ha vaciado el concepto «Dios», sino que ha erosionado fuertemente los cimientos de las religiones. En este sentido, al ser el cristianismo durante siglos el modelo de verdadera religión, ¿no estaremos asistiendo al principio de su fin?
Este libro plantea de forma incisiva la necesidad que tiene el cristianismo de distanciarse de lo que comúnmente se entiende por religión para recuperar su identidad. Su irrelevancia social es un buen ejemplo del papel que juega hoy la religión en la exitosa y dominante estructura del capitalismo. Contra la propuesta salvadora de que todo debe plegarse al «dictado de la escasez del dinero», el cristianismo está urgido no sólo a luchar contra toda idolatría, sino a ofrecer al hombre actual su propuesta radical de salvación, contraponiéndola al «capitalismo como religión».