Adam Tilman, el descarado hijo del que fuera capataz de los Lemoine, siempre había estado enamorado de la mayor, Margaux. Una noche se coló en su dormitorio y la besó apasionadamente, y ella logró que lo echaran de la plantación. Sin embargo, antes de irse, se prometió que alguna vez esa mujer sería suya.
Terminada la guerra, Adam Tilman regresó a Charleston convertido en un adinerado empresario y decidido a aumentar su fortuna en el derrotado Sur. La petición de ayuda de una arruinada Margaux Lemoine le puso en bandeja una venganza largamente esperada.