Escritas durante el destierro que Napoleón impuso a la autora, estas memorias registran con acuidad, ironía y elegancia los vaivenes sociales, políticos y militares de Francia y de gran parte de Europa durante el ascenso y dominio de Napoleón. A su vez, el libro constituye una confesión íntima, un retrato pormenorizado y muy personal de personajes y acontecimientos históricos de primer orden. Se puede afirmar, pues, que Diez años de destierro es a un tiempo una autobiografía, un documento histórico y un panfleto político que puede ser leído como una novela, un ensayo cultural o un libro de viajes.