En esta obra se trata el inicio del Renacimiento arquitectónico en Sevilla a través de uno de sus edificios más paradigmáticos y de historia más controvertida: la Sacristía Mayor de su catedral.
Como principio se prescinde de cualquier enfoque historicista para proponer un planteamiento basado en la capacidad de conocimiento que suministra el análisis de su arquitectura, que así asume el valor de ser el principal protagonista desde donde se pueden afrontar y dar respuesta a determinados interrogantes en relación al proceso de su génesis proyectiva y constructiva.
Esta nueva interpretación se intenta integrar en el proceso de modernización que desde finales de la segunda década del XVI se estaba produciendo en Andalucía Oriental vinculado a la obra de Diego de Siloé.