Las más de cinco mil entradas que componen este Diccionario del insulto, procedentes de textos escritos (literarios y periodísticos, antiguos y modernos) y de la lengua oral, constituyen un tesoro que no tiene parangón en nuestro país. Sus autores, con paciencia y sabiduría de taxonomista, han recogido, clasificado, ordenado y razonado esos millares de voces para poner a disposición del lector un corpus extensísimo de la agudeza creativa del pueblo hispánico.
Por ello, este Diccionario del insulto es, en parte, un retrato de nuestra forma de ser y de nuestra historia y un antídoto contra el engaño que pretenden imponer las globalizaciones y el pensamiento único; pero también una herramienta de alto valor catártico por cuyas páginas no dejarán de transitar desde lexicógrafos y lingüistas hasta todo tipo de lectores no especialistas.