Argumento de Diccionario de Películas. el Cine Musical
De los 730 títulos que incluye este "Diccionario del cine musical", un elevado porcentaje corresponde a películas rodadas en Estados Unidos, en atención a la incuestionable hegemonía que ha ostentado Hollywood en ese género, desde la incorporación del sonido, en 1929, hasta hoy. Pero en las páginas de esta obra también figuran muchos de los filmes que en épocas diversas contribuyeron a enriquecer el musical de extracción europea; menos universal que el norteamericano pero no menos digno de mención, dada la personalidad, categoría y significación de varias de sus aportaciones al universo mágico del llamado justamente espectáculo total.
Así, junto a los nombres famosos de George Cukor, Vincente Minnelli, Gene Kelly, Stanley Donen, George Sidney o Bob Fosse, aparecen los de Carmine Gallone, Richard Lester, Jacques Demy, Ken Russell, Franco Zeffirelli o Carlos Saura; del mismo modo que títulos como "Un día en Nueva York", "Cantando bajo la lluvia", "Un americano en París", "My Fair Lady", "West Side Story", "Moulin Rouge" o "Chicago" alternan con los de "El congreso se divierte", "French Can Can", "Las zapatillas rojas", "Carrusel napolitano", "Los paraguas de Cherburgo", "Bodas de sangre" o "El amor brujo".
Es evidente que no todas las cintas poseen una misma calidad de ahí la calificación establecida en cada caso, a título meramente orientativo, pero también es cierto que incluso las películas menos valoradas contribuyeron en alguna medida a mantener encendido el fuego sagrado del cine que aquí se comenta; porque "si es casi imposible hacer un musical perfecto como dijo John Russell Taylor, también lo es hacer uno absolutamente malo".
Este libro, en suma, ofrece al lector la posibilidad de descubrir, recordar o simplemente conocer a fondo con toda suerte de datos el desarrollo de una especialidad cinematográfica tan compleja y atractiva como la del musical, un mundo hecho de bailes y canciones, de luces y sonidos, que el talento creador de sus artífices más ilustres convirtió en expresión suprema de la fantasía y el espectáculo.0