En otoño de 2014 aparecieron en las redes sociales imágenes de un payaso que recorría las calles de Gijón durante la noche. Su aspecto siniestro y maléfico generó inquietud entre los vecinos de la ciudad durante semanas y alcanzó repercusión en medios de comunicación de todo el país. Finalmente, el asunto concluyó con una serie de fotografías que lo mostraban ahorcándose de un árbol.
Se hacía llamar Gijón Clown y no era más que una broma de un grupo de amigos.
David Barreiro parte de aquellos hechos y rescata al mítico payaso para construir una trama policial tan negra y violenta como el humor que destilan sus personajes.
La apacible vida de los habitantes de Gijón se ve sacudida por la aparición de un payaso que sube siniestras fotos a internet en las que recorre sus calles de madrugada. Lo que en principio parece una broma de mal gusto, pronto se convierte en algo terrorífico con la aparición de varios cadáveres en la ciudad. Todos llevan la marca del asesino en serie: una mano amputada.
El inspector Castro, que hasta entonces disfrutaba de una tranquila existencia entre conversaciones de bar, vasos de whisky y sus dos grandes pasiones (su mujer y el Sporting), habrá de enfrentarse de pronto a un caso para el que cree no estar preparado, como el resto de la ciudad.