Estas fueron las últimas palabras que me dedicó Rhode.
Fue la última vez que manifestó su amor por mí.
La última vez que pude ver su cara.
También fue la primera vez en 592 años en que pude tomar una bocanada de aire. Que pude estar bajo el sol. Sentir el sabor de las cosas. Rhode se sacrificó para que, yo, Leah Beaudonde, pudiera volver a ser humana una vez más. Para que ya no sintiera el deseo de beber sangre.
Nunca esperé enamorarme de otra persona que no fuera Rhode. Pero Justin era... atrevido. Excitante. Más hermoso de lo que nunca podría soñar. Nunca me imaginé que tendría dieciséis años... Otra vez... Ni tampoco supuse que mi pasado volvería para atormentarme.