Los Días de limo y losa se extienden sobre estas páginas como crisoles de palabras exactas que encajan a traición en el devenir de la madrugada del lenguaje. Fulgiendo como dédalos desconocidos que se descifran a sí mismos, los poemas de este libro no necesitan de subterfugios para dar a luz; se muestran en su aparente complejidad realmente como recién nacidos en un mundo que ni los espera ni puede hacer nada por evitar que medren; por evitar ser transformado por estos epifánicos advenimientos. Juan Ramón Vélez es una auténtico maestro de la expresión, un diestro alquimista de las palabras que arremete, con elegancia y sin temores, contra las cárceles semánticas que nos asedian, a todos, porque todos estamos inmersos en esta orfebrería constituyente que es el lenguaje.