En la vida de cada persona hay algo propio e íntimo, misterioso, a veces que nos hace vivir la cotidianeidad de cada día de una forma apasionada, redescubriendo ese ego auténtico que da forma a la existencia humana. No hay nada sin importancia. Por eso, este relato ameno, que capta irresistiblemente la atención del lector de principio a fin, contribuirá a conocer un poco más al ser humano, ver la auténtica dimensión de lo esencial y disfrutar de la gran belleza que nos rodea. Los recuerdos, los deseos, los sueños, los actos de cada día y el amor, son cosas consustanciales a nosotros mismos. Solo ellos nos harán reír, odiar, recordar, emocionarnos, despreciar lo absurdo y buscar la felicidad, único camino que dará luz y sentido al yo que perdurará en el espacio y en el tiempo.