Argumento de Diario de Cine
He estado pensando en renunciar a mi Diario de cine desde hace algún tiempo. Pero siempre encuentro alguna excusa para no hacerlo.
Las excusas se me han acabado.
He construido y alimentado en mis columnas a una extraña criatura. A veces no sé si es real o imaginaria.
No hay duda de que puedo ser útil a los realizadores independientes. Soy un fanático y puedo hacer muchas cosas por ellos. Pero es mi fanatismo lo que también está en peligro. Tengo una tendencia a imponer mis propios sueños y visiones a los demás. Algunas de mis observaciones y fantasías han sido aumentadas desproporcionadamente y se han convertido en directivas que atraen a los demás a su órbita. Me he convertido en una fuerza, en un dirigente, hasta en un santo...
Ya es tiempo de acabar con las fuerzas, con las órbitas y con los santos.
Aun el arte puede esclavizar al hombre, quitarle la libertad. Hoy presiento que sólo es sagrado el arte que no tiene ideas, que no tiene pensamientos, significados, contenido, el arte que es, simplemente, hermoso, que no tiene otro propósito que el de su belleza; que sencillamente es, como los árboles.0