Argumento de Diálogos con Mi Perro Sancho
Encuadernación: Rústica con solapas
Este es ante todo un libro de poemas o, mejor dicho, un poema largo, por lo que, si la poesía no es lo tuyo, acaso éste no sea tu libro. Te animo, no obstante, a que lo leas, porque quizás descubras que la poesía sirve para algo más que para hablar del cielo, de las estrellas, de lo mucho que quiero a alguien y del poco caso que me hace, etc. Aunque también tiene algo de eso.
Es, podríamos decir, un canto a la soledad sobrevenida, aunque sea compartida, pero en su vertiente más devastadora, por lo que no sé si llamarle «canto». Y es devastadora la soledad, porque no es elegida, sino de aquéllas que hace reflexionar sobre el sentido de nuestra vida en el momento presente y de ahora en adelante.
Los protagonistas son un hombre (preso del desengaño, de la desesperanza, de la frustración...) y su perro (preso del amor y fidelidad a su amo, como siempre). No sabe si le es fiel porque le quiere o viceversa, pero no se complica la vida, que para eso es perro. Hombre y perro reflexionan sobre casi todo utilizando como método los pronombres personales. Es como una especie de testamento en el que la herencia es rica, pero triste. El final es uno de los dos posibles, y curiosamente el perro no tiene mucho que ver en él, hasta el punto de que hubiera aceptado el otro, como buen perro. Pero no te voy a desvelar el final, porque posiblemente lo más interesante esté en lo anterior.1