Toni formuló las preguntas que le abrumaban y pacientemente la encina fue respondiendo a sus inquietudes sobre la vida: cuál es el significado del amor, la amistad, la magia, el silencio, la pareja, la oración o la belleza. Este diálogo íntimo y silencioso le hizo descubrir o redescubrir su filiación divina a través de la comunicación con la Madre Naturaleza, una filiación a la que pertenecemos todos los seres humanos.
Cualquiera que se detenga a descubrir la belleza y la sabiduría que mora en todas las cosas creadas escuchará, como Toni, su propia voz interior. Una voz silenciosamente elocuente que aguarda con paciencia a que le prestemos un poco de atención para hablarnos de lo que siempre quisimos saber.