En la entrega anterior de la serie, Skulduggery Pleasant ha quedado atrapado en el universo de los Sin Rostro. Ahora Valquiria trata de traerle de vuelta, para lo que necesita un artefacto llamado Ancla Istmo: la antigua calavera del detective esqueleto. Con la ayuda de sus dotes naturales para la necromancia, Valquiria logra recuperar a su mentor. Pero la tranquilidad no existe para el detective y su banda de colaboradores: cuando Skulduggery retorna a la Tierra, es solo para encontrarse con una alianza de grandes malhechores que buscan vengarse de todos los que les han perjudicado, empezando por Valquiria y el propio detective esqueleto. Para ello, se proponen usar un artefacto mágico conocido como la Máquina de la Desolación, de efectos devastadores. Una vez más, Skulduggery Pleasant y su banda logran desactivar los planes de los malvados. Sí, está claro que el esqueleto y Valquiria son capaces de combatir todas las amenazas externas... Lo malo es que, al final del libro, Valquiria descubre con horror que tal vez la mayor amenaza provenga de sí misma.