A través de personajes excepcionales que, cada uno a su modo, ha dejado huella en la Historia, Alain Decaux nos sumerge en el asombro de unas vidas cuyos destinos han sido realmente fabulosos. Como excelente historiador, el autor no nos ofrece un relato con adornos de fantasía. Las personas aquí tratadas han vivido como nadie habría podido soñar. Una vez más, la realidad supera a la imaginación. Y se pone de manifiesto cómo no sólo la Historia con mayúscula, sino también la historia de cada hombre no es inexorable. El ejercicio de la propia libertad -ese misterio insondable que al final está en las manos de Dios- dirige nuestros actos hacia la meta que nos estaba designada por la eterna Providencia divina.