Argumento de Desmemorias de Un Amnésico
Si estás leyendo esto, es muy posible que te encuentres en una librería o similar con la intención de comprar un libro, conocer las novedades del mundo editorial, dejar pasar el tiempo o alejar de ti el aburrimiento. ¡Enhorabuena! No importa cuál de los anteriores casos es el tuyo. Has encontrado el libro ideal. Es un buen libro y está a la venta. Es novedoso. Con su lectura podrás matar el rato sin sentirte culpable de asesinato. Y, si aceptamos que la risa es el mejor antídoto contra el aburrimiento, este libro te ayudará a desterrarlo, pues los relatos que lo forman están diseñados para provocártela en más de una ocasión. Por tanto, te recomendamos que te dirijas a la caja, y adquieras inmediatamente este ejemplar.¿Cómo? ¿Aún no estás convencido? Podríamos haber puesto aquí como hacen otros) unas críticas tan favorables como ficticias, firmadas por periodistas inexistentes y supuestamente publicadas en periódicos de gran prestigio. Se supone que eso ayuda a vender. Preferimos apelar a la lógica. El hecho de que, entre todas las personas del mundo seas tú la que, entre todas las librerías del mundo ha entrado en ésta y entre todos los libros del lugar estés sosteniendo éste entre tus manos, ya es bastante indicativo. ¿Casualidad? Ni hablar, las posibilidades de que ocurriera lo que te está ocurriendo ahora son tan remotas, que queda demostrado que has tomado este libro por algún motivo importante. Es evidente que estos relatos están llamando a la puerta de tu mente, ávidos de ser devorados por tus pupilas. No pongas barreras a la pasión, piensa que los libros también tienen su corazoncito. También cabe la posibilidad de que sea tu subconsciente el que te ha llevado a tomar precisamente este libro entre tantos, sabedor de que estos relatos son lo que necesita tu intelecto para alcanzar la paz y la felicidad o, al menos, echarse unas risas. En cualquier caso, dada la modestia de la cantidad, efectuarás una buena inversión comprándolo, y, de paso, contribuirás a la manutención de este humilde escritor que, como demuestra su orondo aspecto, tiene la mala costumbre de comer varias veces al día.0