Argumento de Deseos Cosmopolitas. Modernidad Global y Literatura Mundial en América Latina
En 1953, Jorge Luis Borges publica un ensayo programático y polémico, "El escritor argentino y la tradición", desde el cual llama a los escritores argentinos a producir una literatura cosmopolita y a hacer caso omiso de determinaciones y asfixias nacionales. Borges, como otros cosmopolitas marginales, construye la ficción de un campo discursivo horizontal y universal sobre el que pueda proyectar su subjetividad estética en igualdad de condiciones con las de las literaturas hegemónicas.
Deseos cosmopolitas lee la modernidad literaria latinoamericana como una relación global, un conjunto de procedimientos estéticos que funcionan como mediaciones de una red transcultural ampliada de intercambios culturales. Rastrea discursos que producen mundos dislocados y configuraciones espaciales contingentes en el contexto de marcos de legibilidad comparativos y descentrados: la globalización de la novela como forma narrativa durante la segunda mitad del siglo XIX; los desplazamientos globales del realismo mágico; la postulación de un mundo modernista constituido como reservorio de discursos universalistas y como entramado global de itinerarios reales e imaginarios; la construcción, sofisticada y estratégica, de la universalidad del significante francés en Darío, y la crisis del discurso orientalista que provoca la irrupción de la "cuestión judía" en las crónicas de viaje de Gómez Carrillo.
Mariano Siskind lleva a cabo una notable y original reformulación teórica de la literatura mundial y del sujeto del discurso cosmopolita y sostiene que si bien este "fracasa en la realización de sus objetivos universales, maximalistas e inalcanzables, abre nuevos horizontes imaginarios sobre los que se pueden articular novedosas formas de agencia cultural y política, y que, al resituar distintas variantes del particularismo cultural en redes transculturales de significación más vastas, produce configuraciones y prácticas estéticas inéditas".0