Maddie Townsend vivía en un pueblo llamado Serenity, pero en su vida no había habido ninguna paz desde que había acabado su matrimonio. Como madre y ama de casa no se sentía cualificada para ningún trabajo. Tenía un hijo de catorce años que de pronto se negaba a hablar, una hija de seis años con el corazón roto, un exmarido a punto de tener un hijo con su joven novia y dos amigas que la creían capacitada para ayudarlas a abrir un gimnasio y spa solo para mujeres.
Pero si creía estar sumergida en el caos, eso no era nada comparado con lo que ocurriría cuando descubriera que el entrenador de su hijo se sentía atraído por ella, algo que todo el pueblo desaprobaba abiertamente. Maddie se había enfrentado a muchos desafíos con fuerza y resolución, pero quizá Cal Maddox fuera demasiado para ella... y también el único hombre capaz de ayudarla a encontrar la serenidad.
Un trozo de cielo
Dana Sue dirigía el mejor restaurante de Serenity y, mientras ella engordaba, un peligro común para una cocinera, su hija adolescente, Annie, llevaba matándose de hambre desde que Dana Sue echó de casa a su marido después de que este la engañara.
Pero a veces sucedían cosas inesperadas en la vida que hacían que todo mejorara. Cuando Annie tuvo que ser ingresada en el hospital, Dana Sue se puso en contacto con el hombre que se había llevado su corazón cuando se había ido de casa. A pesar de todo lo ocurrido, Ron seguía siendo un guapísimo caballero andante al que quizá pudiese perdonar.
Quizá él hubiera cometido el error de marcharse sin luchar por ella, pero ahora estaba cansado de sentirse como un estúpido y de añorar ese trocito de cielo que había encontrado junto a Dana Sue