Como activos de la cultura organizacional, la sedición de las informalidades comunicacionales, levitan como una extraña "niebla transparente" saturada de chismes, cotilleos, rumores y leyendas urbanas. Incompatiblemente, el poder de las reglas no escritas, dibuja -sin miedos, ni autocensuras- la malevolencia (pública o privada) que de sol a sol: broncea, tuesta, asa, dora, chamusca, carboniza, achicharra o calcina a cientos de empleados.
El relato -inclusive- deja ver La (des)confianza del prototipo de lector esperado, inspeccionando en sus propios problemas existenciales y espirituales laborales: matrices de opinión organizacional y de doble moralidad que impregnan de visos varios, al orbe corporativo. Adentro, las puntualizaciones pasan de tener valor estético, más allá de ser signos que en cualquier otra literatura saltan desapercibidos. Su significación podría desmontar lo (des) conocido. Coexiste una nueva intencionalidad en el uso de las jergas entre Venezuela y España. ¿Quién habla? ¿Alguien titubea?
Precisamente, así se pinta todo: Re(y)naldo, su conjetural protagonista, dice ostentar el trono gerencial proyectándose como un "chiflado/profesional/cuerdo", si es que de reveces está "contaminada" la sociedad global corporativa. En algún momento, Henry pretenderá amparar la buena voluntad del escritor de la historia... Y de los otros tantos fuera de ella.