La Ordenación del Territorio es concebida como vía para atenuar las asimetrías regionales, en una progresiva de equidistribución territorial, tendente a la consecución de la cohesión económica y social, concomitante con la realización del desarrollo equilibrado y sostenible. La Estrategia Territorial Europea expresa orientaciones para la integración en las políticas nacionales e infraestatales, sin cuestionar las atribuciones y entidades existentes en los estados y el mantenimiento de las competencias de las instituciones responsables (regionales y locales) de las políticas comunitarias. La cooperación territorial interadministrativa, respetando el principio de subsidiariedad debe construirse sobre una base de voluntariedad, entre, por un lado, de las administraciones responsables de las políticas sectoriales y entre éstas y las administraciones competentes de la planificación territorial, a todos los niveles (cooperación horizontal) y, por otro lado, entre las políticas del ámbito de la Unión Europea y las de escala transnacional, regional y local (cooperación vertical). Esta cooperación, que es clave para una política de desarrollo territorial integrado, configura una plusvalía con relación a la implementación aislada de las políticas sectoriales, imponiendo no sólo, política y administrativamente, la definición de las fronteras de la subsidiariedad vertical, como también la fundamental construcción y afirmación, permanente e institucional, de la solidaridad interestatal e interpeninsular, en este campo del desarrollo económico y territorial, que exige amplias actuaciones de cooperación estructurada.
Todas estas cuestiones son analizadas con el mayor rigor por el profesor Fernando dos Reis Condesso, catedrático de la Universidad Técnica de Lisboa en su libro publicado en castellano bajo el título Desarrollo y cohesión en la Península Ibérica: El problema de la Ordenación Territorial (Ediciones Erasmus, Barcelona, 2010).
Con toda seguridad este libro va a erigirse en un manual de referencia para todos aquellos profesionales (geógrafos, sociólogos, arquitectos, juristas, ingenieros, economistas, etc.) que se enfrentan día a día con los problemas derivados de la planificación espacial (urbanismo, infraestructuras, equipamientos, políticas y directrices). Esta obra aparece en un momento muy oportuno, ya que en su artículo 3, el Tratado de Lisboa (acaba de entrar en vigor el 1 de diciembre de 2009) establece la cohesión territorial como un objetivo explícito para la futura política de cohesión. Es decir, las políticas territoriales por primera vez alcanzan un nivel de importancia similar a las políticas de cohesión económica y social, constituyendo uno de los tres pilares básico del Estado del Bienestar de la Unión Europea.
Además, de la citada oportunidad del libro hay que reseñar la capacidad del autor, uno de los mayores expertos europeos, para abordar las soluciones a muchos de los problemas relativos a la ordenación del territorio en el espacio peninsular, pues une a su faceta académica de catedrático de Derecho Administrativo, la vertiente científica (Doctor en Geografía) y su experiencia política nacional e internacional (Eurodiputado europeo durante varios años), lo que le ha permitido realizar diseccionar con precisión la complejidad en las interrelaciones del tema tratado. Por consiguiente, damos nuestra bienvenida a esta esperada publicación, a la que deseamos los mayores éxitos
Julián Mora Aliseda