Yeremi Vargas. Cristina Bergua. Sara Morales. Tres de los 14.000 misterios a los que cada año familiares, amigos, policías, jueces y detectives buscan respuesta. Niños, adolescentes, adultos y ancianos que se esfumaron y cuya ausencia mortifica a sus allegados. Mentes torturadas a las que, demasiado a menudo, la prensa sonrojantemente amarillenta contribuye a enloquecer. El seguimiento informativo de las desapariciones funciona a oleadas. Los primeros días, sobre todo si se trata de menores, se genera un gran despliegue. Pero cuando la gran ola ha llegado a la arena, y aunque el caso no se haya resuelto, baja la marea de micros y cámaras y la playa queda prácticamente desierta. En ella solo permanecen amigos y familiares, que a diferencia de lectores, oyentes y espectadores no pueden pasar página. Con ayuda de familiares, policías, detectives, criminólogos, psicólogos y periodistas, Roger Pascual retrata el vacío que deja una desaparición; fenómeno que trasciende el ámbito familiar para convertirse en un asunto judicial, policial y, sobre todo, social por la necesidad de todas las culturas de enterrar a sus muertos para que los vivos descansen en paz.