Toca hacer balance: llega la jubilación, es hora de convertirse en abuelo y uno constata que la salud ya no es lo que era. Si bien es cierto que una gran parte de la vida queda ya atrás, no es menos cierto que el camino por recorrer aún puede llegar a ser maravilloso y lleno de cosas inesperadas. Una oportunidad para adentrarse en el yo interior, una etapa de mayor libertad y el momento adecuado para redescubrir la vida en pareja. El autor nos invita a desprendernos de los superfluo al objeto de que abordemos mejor lo esencial, a encontrar el equilibrio interior que nos conduce a la paz y a una dicha sencilla, a asumir nuestro pasado, a reconocer nuestras debilidades, a aceptar nuestra fragilidad...