Argumento de Derecho, Persona y Ciudadanía
La ciudadanía es un concepto jurídico abierto, es decir, en formación. Podría decirse que ese dinamismo respecto a su contenido le es natural desde su origen en la Antigüedad clásica. En Roma se configura la ciudadanía como la cualidad de quien vive -y por tanto participa- de las decisiones de un ente distinto del individuo creado para el gobierno de los asuntos comunes a todos. Sólo se es ciudadano respecto a una organización política, como la civitas romana, el Estado moderno o instituciones supranacionales emergentes como la Unión Europea. Por otra parte, el Derecho de personas no puede separarse de la ordenación colectiva de la convivencia, por lo que no cabe aislar la condición de ciudadano de la articulación de sus relaciones interpersonales. Puede resumirse así la idea que preside esta publicación en la que la visión comparada es la nota dominante. En los tiempos que corren la perspectiva comparatista es inevitable, sin embargo ese comparativismo sólo tiene en cuenta, en la mayoría de las ocasiones, Ordenamientos jurídicos vigentes en distintos lugares pero en el mismo tiempo histórico. Es necesario, como se hace en este libro, ocuparse también de la comparación que valora la existencia sucesiva de normas y sistemas jurídicos distintos sobre el mismo espacio geográfico. El Derecho de las personas se encuentra en un momento de cambio del que no ha de quedar ausente la reflexión científica, lo que incluye la definición de una nueva ciudadanía que pretende sustituir progresivamente los viejos modelos basados en la nacionalidad, mostrando así un horizonte más amplio a los ciudadanos europeos.0