Todo empieza como un juego de adolescentes, pero pronto empieza a embrollarse. ¿Tan difícil es guardar un secreto entre colegas, se pregunta Zacky? Sí, si entre ellos está el flipado de Tony, que siempre va por libre. Lo que pasa es que los juegos a veces son algo más que juegos, y hay gentes de muy malas pulgas capaces de matar para conseguir recuperar aquello que para los chicos es sólo un juguete. Y, al final, lo que empezó con un sinfín de risas, puede terminar como la fría piel del cadáver de Amy.