Particularmente interesante es el apartado de esta obra dedicado al futuro de internet y su democratización en el marco de una previsible lucha entre la propiedad de los bienes de la cultura y la propiedad intelectual privada, vaticinando el acceso libre al sofware en duro contraste con la criminalización actual de los hackers.
El vector de la nueva sociedad del debate es el republicanismo cívico, alimentado por una ciudadanía activa. Sólo así se podrá abrir el monopolio de poder que actualmente ejercen las oligarquías partidistas.