Se analizan las estafas y las defraudaciones informáticas, el hurto de tiempo, los daños informáticos, la denegación de servicio, los delitos contra las propiedades intelectual e industrial a través de Internet, la falsedad informática, la pornografía infantil, el child grooming, el acoso telemático, el descubrimiento y la revelación de secretos, los delitos contra la seguridad de la información, las calumnias e injurias por Internet, las coacciones y amenazas y el terrorismo informático, entre otros.
Asimismo, en el campo probatorio penal se estudian las interceptaciones telefónicas y telemáticas, la cesión de datos informáticos, la captación de imagen y sonido, los micrófonos, las cámaras ocultas, los registros remotos de ordenador y las nuevas técnicas de investigación con y a través de las nuevas tecnologías.