El libro contiene seis escritos poéticos que han ocupado posiciones oblicuas, escrituras desplazadas por un modo de leer que tiende a ignorar aquello que resiste la etiqueta. De ahí que, en su estar contra la sutura, también haya podido atisbarse incluso cierta sensación de extranjería, de afuera. Frente a la inmovilidad de la etiqueta se postula el tránsito de una lectura que, a su vez, dé cuenta del transitar mismo de unas escrituras renuentes, como pocas, a la fijeza.
Así, el cruce de lecturas entre las seis vendría a sugerir una séptima poética: aquella que entiende el pensamiento de la poesía como un espacio irrenunciable de exploración de lo abierto, como resistencia a la desactivación de la memoria, la mirada y el lenguaje.