La noche del sábado 20 de octubre de 2007 seríala última para el poeta Carlos Framb y su querida madre. Luzmila Alzate, una adorable anciana de ochenta y dos años aquejada por un sinnúmerode enfermedades, acordó con su hijo poner fin asus sufrimientos ese mismo día. Aunque Framb no se lo confesó, había decidido acompañarla en el último viaje. No recuerda nada de lo ocurridodesde el momento en que se recostó para morir y el instante en que recobró el conocimiento, tres días después. Framb dejó de ser un reconocido poeta para convertirse en un aborrecible presidiario acusado de matar a su madre. Sin duda, este testimonio resulta una pieza literaria inclasificable. Nos pone los pelos de punta, no sólo por lo duro, sino también por lo bello. El lector descubrirá una pluma privilegiada que entra en lo más profundo del alma humana, que exalta los más elevados valores de la especie y que refleja una sensibilidad desconcertante. Con Del otro lado del jardín , Carlos Framb nos hace recordar textos como el de Simone de Beauvoir, Unamuerte muy dulce , o La invención de la soledad, de Paul Auster.