Déjame decírtelo: ??No lo sé. Oye ?preguntó con curiosidad?, ¿por qué eres tan serio?
Juan se detuvo y la miró. Rápidamente desvió los ojos. Experimentaba una rara sensación cada vez que miraba a aquella muchacha. Furioso consigo mismo, porque ella no tenía la culpa, dijo malhumorado:
?¿Tan serio soy?
?Mucho. Siempre le digo a tu hermano: «Si tú fueras como Juan, nunca seria tu novia».
?A lo mejor ?dijo Juan, desdeñoso?, serías más feliz.?