El presente ensayo de investigación considera el riesgo deflacionario, uno de los rasgos específicos observados tanto en la Gran Depresión del 1929, como en la Gran Recesión iniciada en 2007-8, guardando las particularidades históricas. Desde el año 2012, EEUU, Japón, desde 1997, y diversos países de la Unión Europea, enfrentan tendencias deflacionarias que amenazarían ?en distintos grados- su estabilidad financiera, económica y, en última instancia, su gobernabilidad. Sin embargo, la teoría, experticia y prácticas de los banqueros centrales han estado en las últimas cinco décadas relacionadas al control inflacionario. Luego, el riesgo deflacionario, un fenómeno menos entendido, convierte en esquivas y hasta contraproducentes las políticas monetarias y fiscales adoptadas desde el 2009. En algunos países europeos, el sobredimensionamiento de políticas de ?austeridad expansiva? impuestas por la troika, notoriamente en Grecia e Irlanda, España, Italia y Portugal, aumentaron ?indebidamente- el riesgo deflacionario, recesión, paro laboral y también sus deudas soberanas. Se argumenta en el libro que enfrentaríamos un fenómeno más complejo, no únicamente de ineficiencia de banqueros centrales o alguna ?imperfección de mercado?. Así, desde la economía política se alcanzaría a distinguir la especificidad histórica del proceso deflacionario contemporáneo. Siguiendo a M Hudson, estaríamos ante una ?inflación (deuda-deflación) diferente que está creando una nueva clase rentista de tipo neo feudal, ansiosa por construir o comprar carreteras para convertirlas en vías de peaje, comprar los derechos de los parquímetros, privatizar cárceles, la educación y otra infraestructura pública básica?. Desde nuestra perspectiva, estaríamos inmersos en un sistema de generación de rentas de riesgo moral y aumento de deuda, adicto al dinero fiduciario y a los avales públicos.