Nuno Amierio introduce el bisturí en la esencia y en el desarrollo de la zona. Desmenuza conceptos ya asentados en nuestro subconsciente y como con casi todo lo obvio, aprobados sin reflexión previa. Es decir, pone una lupa de aumento en la obviedad para cuestionarla. Sabotea el pensamiento estereotipado con el afán de desenmascarar sus prejuicios y sus dogmas. Y lo hace con faraónica meticulosidad, con enorme respeto, rastreando por debajo de la espuma de los conceptos más convencionales. Siente la necesidad de encontrar en este juego una fórmula, la vehemencia por reivindicar casi una naturaleza matemática, pero a la vez sabe que no la hay.
Que el lector no se equivoque con el título de este libro. Quizá la forma de bautizarlo puede provocar razonable confusión. Quizá parezca que todo está desmenuzado, separado, que el autor ha sucumbido a la tentativa de la fragmentación, que no estamos ante una obra global e integral. Pues no. Es una obra que hilvana todo con todo. No es por tanto una obra parcial, no se detiene en la defensa, sino que apela al juego como entidad indisoluble. Es un modelo que se ajusta a las necesidades del jugador y por tanto del juego. Nuno ha alumbrado una obra muy sesuda que se recrea en la excavación de conceptos que yo comparto. Juan Manuel Lillo