Argumento de Defensa Dels Intel·lectuals
En el otoño de 1965, en plena efervescencia de su compromiso político y de la celebridad que le precedía alrededor del mundo, Jean-Paul Sartre viajó a Japón, donde dio, en las ciudades de Tokyo y Kioto, tres conferencias sobre el papel de los intelectuales en la sociedad contemporánea. Dado que hacía solamente cinco años de la publicación del primer volumen de la Crítica de la razón dialéctica, exponente definitivo del giro de su pensamiento hacia el marxismo, el tema escogido para las conferencias parecía más bien de tono menor, pero bastante razonable, ya que iban dirigidas a la gente de un país abocado con entusiasmo de converso a la economía capitalista. Sin embargo, al retomar la cuestión del compromiso del intelectual, objeto de una de sus obras teóricas más difundidas, ¿Qué es literatura? (1948), Sartre no dejaba de abordar un problema muy controvertido en el ámbito marxista, al mismo tiempo que reincidía en la preocupación invariablemente sostenida hasta la fin de su vida. Defensa de los intelectuales -título conjunto de las tres conferencias, <<¿Qué es un intelectual?>>, <> y <<¿Es un intelectual el escritor?>>- se sitúa justo en medio del punto más alto y más abajo de la esperanza revolucionaria, siempre ligada a las vivencias de Sartre. Si en 1960 se trataba para él de incorporarse al marxismo desde el rigor filosófico, en 1970 se despedía como un < >, a la espera de encontrar relevos entre las nuevas generaciones herederas del 68.0