Hace mucho que el mundo digital llegó para quedarse y ser parte esencial de nuestras vidas, siendo Internet, la red de las redes, el lugar desde donde se controlarán, hacia un futuro, casi todas nuestras acciones materiales.
Para una enorme mayoría de los seres humanos, Internet es solo aquel sector en el que navegan diariamente. Muchos no saben que esa parte es solo la punta del iceberg comunicacional en el cual su mole sumergida multiplica muchas veces la red de acceso natural. Ese sector es el llamado Deep Web (Internet profunda) que contiene a su vez a la DarkNet (la Red Oscura), organizada en varios círculos, cada vez más profundos y con mayor dificultad de acceso, y donde solo se puede navegar con motores espaciales de búsqueda. En ella se libran luchas planetarias de todo tipo, entre imperios terroristas y rebeldes, comercios ilegales, sórdidos videos y se replican amenazas constantes hacia la seguridad y el bienestar de la gente.
Entender esta parte de la existencia que se ha instalado entre nosotros es de capital importancia para proteger nuestras vidas. Nadie puede quedar al margen de estos conocimientos. La amenaza de Internet Profunda está entre nosotros y nos involucra a todos. Solo conociéndola en sus más recónditos espacios nos podrá prevenir, única manera de salvarnos de los peligros que encierra.